jueves, 26 de mayo de 2011

EL LABERINTO


El Laberinto

Podría poner la mano en el fuego al afirmar que el paraíso es el laberinto de las sorpresas. Sus entradas son infinitas bocas oscuras que conducen al más profundo secreto. Hay que entrar a ciegas y abrir los ojos cuando ya todo está perdido, porque de un lado a otro sucede lo inesperado, los sueños que parecían imposibles salen al paso en cada callejón, lo increíble se vuelve real, vivo, y todo se resuelve ahí, ahí mismo, donde el camino camina con el camínate, donde las flores huelen su propio perfume, y los pájaros son parte de los árboles. Donde lo sencillo es lo único existente….
Pero…
Advertencia: Hay un obstáculo que se debe tener muy en cuenta, y es, pensar que lo que ocurrió puede volver a suceder, ¡prohibido proyectar el acontecimiento!, porque en ese caso se violaría el código sagrado y el laberinto te catapultaría fuera, fuera, expulsado del paraíso. Otra vez fuera, condenado a seguir indefinidamente en este tedio asquerosamente planificado y gobernado por el tiempo.

------------------------------------------------------------------------------------

sábado, 21 de mayo de 2011

EL LOCO, sueño 3, (lucido)


El Loco
(Sueño lucido)

Podía ser en uno de esos melancólicos parques de Londres, una mañana de sol con setos de tulipanes y grandes abetos y madres alegres con cochecitos de capota negra, mujeres recostadas en el pasto riendo y tomando sol, niños jugando a la pelota que patean contra una portería hecha de chaquetas y bolsos del colegio, parejas abrazadas en los bancos verdes, una enfermera que lleva a una anciana de pelo azul que a su vez se afirma en un bastón ante un estanque de patos, la calma en la brisa, tal vez un lejano violín, Y de golpe. ¡Todo se estremece en una gran alarma! La gente del parque corre espantada. Las madres disparan con sus cochecitos gritando ¡viene el loco, viene el loco!, los niños dejan sus cosas y desparecen dando alaridos, ¡el loco, el loco, viene el loco!, dos tipos flacos pasan corriendo y me gritan ¡cuidado que el loco ya está cerca! Me vuelvo y veo el parque vacío salvo un tipo grandote de rostro borroso y ojos desorbitados, que viene marchando a toda velocidad directo hacia mí. El pánico de la pesadilla me inmoviliza. Intento escapar pero apenas puedo dar dos pasos y siento los pasos del loco que se acercan.
Entonces, el santo instante aparece como salvavidas; “es un sueño” digo “estoy soñando y en mis sueños hago lo que me da la gana”. Inmediatamente enfrento al loco y le grito: “¡Un paso más y te rompo la cara!” El loco palidece, da la vuelta y huye a una velocidad inverosímil.
Desperté.
Y desperté a las carcajadas y después seguí riéndome con el agradable recuerdo del miedo mío y del miedo del loco.

--------------------------------------------------------------------------