jueves, 30 de diciembre de 2010

LAS COSAS CLARAS

LAS COSAS CLARAS

Los muckakanos a primera vista se parecen a nosotros. A segunda vista se los ve raramente quietos y raramente sacudidos. A tercera vista los muckakanos parecen de otra galaxia. Pronto o más tarde uno se da cuenta que han cambiado de colores según la hora que transcurre. Los muckakanos al mirarte miran el mar atravesando tu nuca con la mirada. Cuando caminan no hacen ruido, y juraría que no dejan huellas. Cuando ríen la risa te suena en los mismos huesos produciendo una vibración de alegría tal que al dormir te despiertas por la noche sacudido por las carcajadas. Pero todo eso tu no lo pudiste ver porque los celos te tapaban hasta los oídos porque no se te ocurrió mejor estupidez que preguntarle a tu ex chica como hace el amor el muckakano y ella te respondió lo hace cepillándose los dientes y tu le dijiste como es eso y ella te explicó porque se los cepilla entre mis piernas y ahí mismo te dio la histórica pataleta tirando todos los muebles que había a tu paso y desde entonces miraste tan mal pero tan mal a todos los muckakanos que te quedaste ciego ante la certeza de que los muckakanos son un ejemplo a seguir, una referencia, una posible puerta de salida y si no fíjate como tienen ellos su territorio, compáralo con el nuestro que huele de oxido y podredumbre de tanto exceso de mentira entonces si realmente quieres a tu ex chica alégrate que este con un muckakano y no con un imbécil de nuestro territorio que, que, ¿Qué? ¿Qué dices? ¿Qué no la quieres ya? Vaya, entonces déjame en paz y no me vengas mas con huevadas.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Esto pasa a veces

(Letra para rock, blues o folklore acompañado de panderetas)


Llevas dos semanas con ella. Y hay dos espejos
En uno ella se peina y en el otro deja la sonrisa

Estas viajando por el territorio de los muckakanos
Estas en esa carretera interminable que lleva a una ciudad,
Donde los muckakanos de primera línea, te van a recibir.
Pero ella quiere comer en un chino
y te dice que esa gente con ese nombre le da mucho miedo.
Entonces tú le quieres describir a los muckakanos.
Pero ella con los nuduls colgando de la boca se tapa las orejas con las manos y hace ahhhhaaaaaaaaaaaaa.

Ya van dos meses que ella llora después de hacer el amor
Ya van dos meses que tú te ríes cuando la ves llorando
Ya van dos meses que estas en la tierra verde de los muckakanos
Ya van dos meses que buscas el camino que va hacia el mar.
Y no lo encuentras, ayy, que cosa, que poca importancia le estas dando al camino.

Ella tiene ahora tres espejos, uno para peinarse, el otro para sonreír, y el otro para ver a su amante, el muckakano con el que se acaba de ir

Y ahora que vas a hacer tú
Ahora que ella se te fue con el muckakano.
Y ahora que va a hacer con esas estúpidas lagrimas
que están señalando el camino hacia el mar
Y ahora que vas a hacer cuando te encuentres solo en la playa
y no veas mas a nadie
y no veas mas a nadie
y no veas mas a nadie.

sábado, 25 de diciembre de 2010

resurrección

La fiebre parecía remontar hacia lo más alto, y él sudaba en el camastro mirando hacia la ventana los resplandores de la tormenta mientras estallaban los petardos en la noche de Diwali.
David sintió en un momento que podía morirse esa misma noche y lo sintió al darse cuenta que los ruidos no le llegaban a él sino a un oído que parecía haberlo abandonado como si ya no le perteneciera.
Entonces fue ante el segundo relámpago seguido de un trueno seguido de una traca de cohetes cuando sintió que su cuerpo yacía debajo de él. Que la fiebre ya no le afectaba. Tuvo miedo y tristeza. Tristeza de haber muerto tan lejos de la gente que quería.
Súbitamente el mundo de los ruidos se fue perdiendo y le llegó como salvavidas el mundo de los sueños.
Soñó con caballos salvajes galopando en la interminable pampa. Los cascos sonaban ahora en su oído real provocándole una intensa felicidad como si la felicidad fuese algo caliente que lo empapara por dentro.
Despertó al amanecer rodeado por los quejidos de los cuervos. Esta vez oía, sí que oía, oía los cuervos, oía los petardos que los niños de abajo tiraban en la calle y se reían.