sábado, 10 de enero de 2009

Bolaño poeta




Cuando Roberto Bolaño dijo que se iba a dedicar a la prosa porque quería vivir de las letras y la poesía no vendía, se refería, entre otras, a estas perlas.




Fragmento de: Resplandor en la mejilla

Mi ex mujer se mirará en los lentes negros de un playboy
Y le darán ganas de llorar o de poner un disco (duro, breve)
Como la fiebre de un niño.
La ternura y la revolución y los poetas pueden dormirse.
Estos días son buenos para los subterráneos voladores, para
Los voyeurs de lo abstracto. Alguien apagará la luz
Y comentará silenciosamente que las almohadas están
manchadas de sangre

Ya ni ponerse a hacer silogismos es bueno.
Y tan acertado como siempre, te cagas en el oficio de poeta
Cuando es lo único que te queda



FUGA

Todavía aparezco en tus sueños
En la noche de México.
Cuando las demás imágenes
Se retiran silenciosamente
y la luna se oculta detrás de un jardín
que algún día los niños se comerán
(sin que te lo puedas explicar)
Ilimitado hechizo de México DF
cuando las demás imágenes son
dientes brillando en la noche
O palmeras o automóviles rojos
Aparcados delante de un cine
En donde un desempleado habla en inglés
Con su caballo blanco
Velocidad de las avenidas
Y la lentitud de las avalanchas.
El resplandor de nuestras cabelleras
Que se reencuentran y pierden en la noche.
Una cámara de cine empotrada
en el vientre del infinito.
Por Roberto Bolaño, “Jovenes desnudos bajo el arcoiris de fuego”,
Editorial Extemporaneos, México DF 1979.

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