Sueño 2
Este ocurrió un tiempo atrás en Venezuela. En el sueño me encontraba en una inmensa playa de arena muy clara delante de un mar turquesa y corría en la brisa ese olor a océano en una mañana que brillaba en el mar como si el sol estuviese debajo del agua. A pocos metros en la orilla, mi amigo Chani estaba allí sentado como un Buda con una túnica celeste que combinaba con el turquesa del mar. Todo era tan real y vivo que lo que sentía no entra en el relato por el estrecho límite que todos sabemos, en este tipo de casos, tiene la palabra. O sea que la felicidad podría ser algo aburrido comparado con lo que yo estaba viviendo.
Súbitamente me di cuenta que en pocos segundos iba a despertar y perdería ese paraíso. No podía evitarlo, la vigilia me tironeaba con tal crueldad que le pedí ayuda a Chani, se lo pedí gritando: Chani, Chani, siento que estoy por irme al estado de vigilia!
Chani se volvió sonriendo con todo el enigma en sus ojos.
−Y a ti quien te ha dicho que ese es el estado de vigilia.
Inmediatamente desperté.
O tal vez no. O tal vez perdí el estado de vigilia para caer en este sueño desde donde estoy escribiendo.
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