sábado, 1 de diciembre de 2007

Ese YO

A ver si de una vez por todas podemos negociar con nuestro yo que no para de decirnos lo que hay que hacer, lo que hay que hablar, y para colmo lo que hay que pensar.
¡¡Jamás!!, hacer caso a esas sectas o religiones que recomiendan aniquilar el yo. Porque a la mínima intención de tocarlo el Yo crece y se hace YO, YO, YO. YO
Creo que el mejor sistema es invitarlo al bar a tomar unos vinos, y al rato el yo, José, se pone en ese estado “semipedotoso” (Maco sentence) y pronto se larga a reír y a soltar todo tipo de disparates hasta la cuarta copa cuando con voz gangosa empieza a declarar eso de que está contento con la vida, y otras cosas por el estilo
A partir de esa fiesta el yo se nos hace amigo por fin y solito sin darse cuenta se mete en el bolsillo.
Cabe entonces la posibilidad de que ese yo, José, o como se llame, se asome entre los botones de la camisa, o se asome por la bragueta o se asome por la botamanga, y nos pregunte: … ¿Y ahora qué hago?

La respuesta será imposible. Porque nosotros al no tener yo, no vamos a poder ni siquiera decirle;
¡qué sé yo!, búscate la vida.

martes, 27 de noviembre de 2007

Encuentro


música: Alberto Iglesias - Tessa's Death

viernes, 23 de noviembre de 2007

enamorarmando

En tantas páginas que se leen por ahí sale la cuestión del amor relacionado con el perdón. Le perdono por todo lo que le quiero, y el que está enamorado le perdona la nariz larga, ese lunar debajo de la boca, las piernas gordas, la panza, porque le quiero tanto que no me importa que las patas sean mas cortas que el tronco y tenga ese cacho de dientes y un ojo que mira para cualquier ángulo y lo curioso es esa señora que se enamora de una taza o de un plato perdonándole todos los defectos y el día que se rompe el plato o la taza se larga a llorar como si se le hubiese muerto un hijo. ¡Uauuuu! Que exagerado, dirán unos, y otros; ¡eso es apego!, no hay que apegarse a las cosas. A la gente le da mas fastidio el apego por las cosas que el apego por las personas. ¡Pero hombre! ¡No vas a comparar a un humano con una taza! Depende, hay humanos y humanos y algunos están muy por debajo de una buena taza de cerámica pero lo que quería decir es otra cosa, si uno siente ese estado de enamorado/a ahí, el estómago, un poco mas arriba y otro poco mas abajo, termina enamorándose de esa ventana y de ese armario y de esa silla de paja y de esa piedra que se ve en medio de la hierba y del aire que hay entre las casas al colmo de que el amor salta por los aires y ese amor junta a las nubes con la furgoneta del correo y con el árbol que esta allí quieto cambiando de personaje en cada estación. Entonces si uno se enamora de todo lo que ocurre a su alrededor su sonrisa perdurará mas allá de la hecatombe del universo.

jueves, 8 de noviembre de 2007

FAMILIA INDIA

Hace un tiempo atrás, allá por el final del siglo XX haciendo de guía en el sur de la India tenía en mi grupo a una chica de Madrid muy solitaria. Apenas se comunicaba con los demás y en el viaje se sentaba en el último asiento y se fumaba un porro mirando los arrozales que pasaban por la ventanilla.
No me acuerdo de su nombre, pero si de sus ojos, miraba como cansada y sorprendida a la vez.
Los últimos días tomando unas cervezas en el Mondegar de Bombay me contó esta historia que la voy a reproducir con su voz:

“El año pasado anduve por el norte de la India y mira lo que me pasó en Jaipur. Había una mujer que vendía collares de mostacillas sobre un tapete en la calle. Me paré a mirar y la mujer levantó un par de colares y me dijo, le van a quedar muy bien en su cuello, le dije que yo no usaba eso. Entonces lléveselo para su madre. Le dije que no tenía madre ni padre, lo cual es cierto. Llévelos para su hermana, me dijo levantando la voz. No tengo hermanas, le dije. ¿No tienes a nadie?, me preguntó. No, dije, no tengo a nadie.
La mujer recogió el tapete con todos los collares desordenados, los metió en una bolsa, me tomó de la mano y me llevó por calles de casas chatas, bajamos una pendiente y entramos en una casa muy humilde que no tenia muebles, solo esterillas en el suelo y una cocina donde había una anciana que me la presentó como su madre.
Nos sentamos en la esterilla, la anciana me sirvió un té y la mujer con la voz cortada como si fuese a llorar, me dijo:
- A partir de hoy yo soy tu hermana y esa mujer es tu madre.”

domingo, 9 de septiembre de 2007

Bendita alucinación

En 1976, en el barrio de Las mercedes, Maco y yo teníamos un taller de cuero en un cuarto de un hotelucho regentado por un chileno cuyos bigotes largos le otorgaban una sonrisa cándida y permanente.
Y esa tarde nos habíamos fumado algo comparable a la "punto rojo" y cortábamos cueros sobre patrones mientras de un radio casete surgía, mejor dicho emergía, y se expandía la voz sonámbula de Facundo Cabral cantando "mujer todaaaa desnuuudaaaa, caminando entre los griiillos, briippppp bribriiiip" y como estábamos siete pisos por encima de nosotros mismos, marcábamos las tiras de cuero con ojos enrojecidos viendo a la mujer desnuda y pálida como un fantasma dando pasos en cámara lenta y apartando nubes de luciérnagas, rozándonos con su piel de noctambula
- La pelirroja - me dijo Maco dejando las tijeras
- Entre las piernas también - le dije yo
Y Facundo que se habría fumado algo fuerte para cantar eso, nos situó fuera del tiempo en un Ahora lleno de noches y ventanas.
Ahora, justamente Ahora le voy a pedir a Maco que me alcance el sacabocados para terminar los agujeros de esta bolsa y Ahora está por pasar la mujer que vuelve pisando grillos
Pero Ahora Maco se fue.
¿Dónde está?
Por Ahora se habrá ido al baño y hace más de 30 años que no vuelve.
AHORA oigo sus pasos, AHORA está llegando.

miércoles, 29 de agosto de 2007

UNO

Uno va en el autobus atravesando las llanuras de Karnataka y al mirar por la ventanilla ve los sembrados de girasoles como lagunas de oro en medio de esa inmensidad que se extiende hasta las inciertas siluetas de las colinas, entonces uno da el Gran Salto por encima del autobus para zambullirse en el oro y ser Uno mas de los girasoles y ver por fin el sol, de frente, con los ojos bien abeirtos, hasta convertirse en en ese Uno radiante que se queda curioso con tantos girasoles que lo estan mirando todo el dia.

estoy en la India, no hay acentos ni enies, !!Okey!!

sábado, 28 de julio de 2007

la danza de Malika

Extracto del libro “Madame Mamita” (aun cocinándose)



“Hay que seguir el lenguaje de las manos, los dedos guardan muchos secretos. Después de decir esto Malika había puesto el cassete del Bharat Natyam en una silla y la música de la danza ocupó ese espacio donde los hipuches se habían sentado en el suelo para asistir a esa despedida india. Estaban todos. Estaba Balín al lado mío y hablamos de Rama, de Lombardo, de la pena que le daba si Rama se iba de la cabaña. Acababa de llegar Lucas Chapi con algunas de sus hijas. Desde una esquina contra el gran cristal que da al lago me saludo Anaís moviendo mucho una mano. Martín brazos cruzados en un rincón, miraba todo con gravedad de entendido. Pero las figuras empezaron a perder consistencia cuando el pie de Malika se clavó en el suelo. Entonces los brazos fueron juncos de un río alfombrado de lotos. La India, la Madre India se fue metiendo en los poros de mi cuerpo ahí sentado, ahí nomás presenciando las cabezas de los búfalos que se asoman por el agua de las charcas, el tren que pasa lejano, los coloridos saris de las mujeres agachadas recogiendo el arroz en esos rectángulos espejos por donde se miran los cocoteros, las casas de techo de palmeras bajo el sol ardiente, los bambúes imitando a gigantes plumas, las calles de un pueblo atiborrado de bicicletas, camiones, multitudes que se cruzan, el samovar y el café escanciado que se vuelve espuma, los cocos, los masalas, los saduhs de caras pintadas clavando la mirada en el corazón. El raga se desenvolvía en voces ticat, tic artratratatita y Malika hundía las manos en diferentes mudras mientras sonaban los cascabeles de las tobilleras. Vi a Sita esperando a Rama, la vi, sí. Inmediatamente vi una horda de monos armados avanzando detrás de Lakshman y Rama. Sugriva dando las ordenes y Sita esperando encarnada en Malika pero Malika ahora enseñaba los pasos de los Rakshashas, los pasos de Sita, los saltos de Hanuman y por último la feminidad de Rada como una niña ondulando en el aire de una playa, y en un solo salto Malika se transformaba en un Krishna vigoroso cruzando las piernas mientras toca la flauta de lado, entonces la música y el cuerpo de la Gopi que se movía con el viento, trajo a la emoción la humedad de un selva donde las flores azules y amarillas se asoman entre las hojas para hacer el sagrado Surya Namaste, saludo al sol.
¡Uffff! Eso no es todo lo que sentí, lo más alto no lo puedo escribir, porque lo mentiría. En ese estado, con la India aun en la piel, remonté el camino del bosque. Las sombras chinescas de los pinos contra la claridad de la luna me devolvieron a la Patagonia, a Rama, al frió.
Cuando llegué a la cabaña vi que la luz del cuarto de Rama estaba encendida. Subí las escaleras y lo encontré metido en la cama.
- No entiendo porque no viniste – le reproché - Malika te hubiese metido entero en la India, ha bailado con tanta fuerza de alma que me trasladó completamente y me vi allí.
Rama, sonriente con la manta al cuello y el libro en la mano, me dijo
- No quería, no quería que me muestren la India. Malika vino hoy a la tarde a despedirse y me trajo una ofrenda, unas cuantas frutillas que están ahí abajo en la heladera, si querés comete algunas, sabés, le dije que no iba a la danza porque iba a llorar, y ella lo comprendió.

jueves, 12 de julio de 2007

juego

Hoy por la mañana me levanté decidido a espiar a la mente, pero la mente dio un salto y me miró de reojo. ¿Qué? ¿Me vah a controlá? Me dijo.
Y yo me crucé de brazos, a ver que cagada vas a hacer y cuidado con subirte a la montura.

La mente bajó la cabeza, me pareció verla sonreír, Entonces sentí esa plenitud al ver que podía dominarla, y que a partir de ahora mi vida cambiaría, ya no estaría preso de esos estúpidos pensamientos, ni de esos miedos y locuras, ahora me había apartado, estaba aun paso de mi propia independencia.

Pero de pronto como un relámpago me di cuenta que yo no era el que decía todo esto, ¡carajo!, lo estaba diciendo la mente plantando su bandera encima de mi cabeza, “mi vida cambiaría, ya no estaré preso de los estúpidos pensamientos, bailando como un arlequín, cantando en burla, otra vez disfrazada de yo, otra vez con esa sutileza que tiene para hacerme caer en el pozo de la mente y hacerme soñar que estoy fuera creyendo que soy yo el que digo “Mi vida cambiará, estoy a un paso....

Sin embargo en ese instante que caí en la cuenta... sonaron infinitos pájaros, me vi habitando totalmente este cuerpo, los brazos, los pies, el pecho el sabio estomago, tan vivo y real, y de pronto vi que la mente huía con esa bronca del que fue descubierto, y antes de esconderse tras el arbusto me hizo un corte de manga.

Sé que va a salir y va subirse encima y a disfrazarse otra vez de mí, pero ella sabe, que a partir de ahora, empezó el juego.


viernes, 6 de julio de 2007

homeless


Este de la foto soy yo o el yo que vengo cargando todos estos años, y esta es mi casa en Varkala, India, bueno, también la que esta al lado y la que esta al otro lado del mar que esta más allá de esa palmeras y también las casas quedan la vuelta al globo, porque en realidad soy un homeless, sin casa, sin nada, sin ningún compromiso de nada, sin sin, bueno, tengo ropa, zapatos y un carácter terrible, aunque quizá no sea yo el que lo tenga, sino que me vine y se va dejando el carácter apacible.
Volviendo a mi no casa, esta playa de Varkala en el estado de Kerala al sur de la India esta dispuesta para vosotros, estáis todos invitados a mi no casa.