lunes, 31 de agosto de 2009

el lugar

Por ejemplo aquella vez en la ruta a Mar del Plata la mañana dio una luz rarísima en el asfalto, como si lo ampliara, como si abriese las cortinas mostrando la gran pantalla del mundo. Mi primo Ricardo y yo hacíamos autostop pero en el fondo no queríamos que pare ningún coche por el asfalto y algo que venía de un cartel que anunciaba alfajores y unos pinos que ocultaban la orilla del mar y el cielo que tenía algo del calor del asfalto y los coches que eran colores tan brillantes que pasaban rápido en un silencio total y el pulóver verde de Ricardo, y tuvimos suerte porque nadie nos recogió hasta el mediodía cuando paró una camioneta que llevaba fardos de alfalfa. El sol se reflejaba entero en el techo de la camioneta y me costó subir, ¡qué pena dejar ese lugar!, donde nada era importante como para que el recuerdo se vuelva tangible, al como de repetirse en tantos momentos de mi vida, al colmo de sentir que estoy ahí.
− Hey Ricardo, mirá, paró una camioneta.
− ¡Uyyyy!, ¡qué lástima!
¿Y eso?... ¿Ricardo sintió lo mismo que yo?

_______________________________

sábado, 1 de agosto de 2009

D E S A Y U N O

He tenido por un instante no preciso, fuera de la cuenta del tiempo, (no era el nombrado flash), fue una percepción, no, tampoco, fue ver claro algo que estaba ahí, no, no estaba ahí, no se ubicaba en ningún lado, era un color, tal vez, o un amor, también, o un sabor, eso seguro, que se produjo allá donde veía el mar desde la ventana. El caso es que todas las noticias del mundo y lo que pasa a mi alrededor y lo que quiero y lo que rechazo y lo que busco, quedó reducido a una ceniza negra microscopia, porque aquello, que no era más que nada en el mar, ocupó la realidad total, y entonces José, o el yo, se hizo un muñequito con forma incierta porque lo primero era la gaviota desplegando las alas y allá las nubes lejanas alargándose en la mañana.

Era un sueño, ahora si lo veo, pero un sueño que dejaba atrás el sueño de la historia del hombre.

Entonces, me puse mermelada en el pan, y lo mojé en el té con leche.