domingo, 28 de junio de 2009

para volver a nacer

Para volver a nacer habría que prestar máxima atención a esto:


ES MUCHO MAS MOLESTO
LA MOLESTIA POR LA CAUSA
QUE LA CAUSA QUE MOLESTA


La práctica de este aforismo daría paso a los primeros resplandores del nacimiento.

De no practicarse quedaría en un rincón como un adorno de esos que al principio se lo ve con ligera alegría y luego se vuelve invisible aunque esté delante de nuestros ojos.

Esto me lo digo a mí mismo. Si alguien por causalidad lo escucha (lee)
mejor todavía.

jueves, 4 de junio de 2009

LOS PAJAROS CANTAN




Por dentro de la casa. En las toallas del baño. En el suelo de baldosas. En las telarañas al lado de la lámpara. Y cantan en el medio del café con leche. En la mantequilla. En el humo de la tostada. Y el canto que viene de afuera rebota en la ventana y suena por todos los platos secos. A veces es un canto agudo que persiste en el sueño que quiere seguir soñando pero despierta al pájaro que suena desde las ramas, al pájaro que suena desde el mar, y algunos pájaros lejanos, suenan desde las nubes, y son nubes como forma de pájaros, al lado de nubes con forma de perros que se estiran hasta ser lagartos. Pero aquí abajo hay pájaros de alegría y pájaros tediosos, pájaros locos, pajarracos de pacotilla, pájaros atentos a la jugada, pájaros, pájaros que se repiten con rabia en el oído, porque puden haber también pájaros irreales, plasmados por la mente que exige un canto ligero, un canto atascado en las plumas, un canto que se decide a viajar con el viento, un canto que forman remolinos en el aire, y sopla en la tumbona, en la pupila del ojo, y ahuyenta los pensamientos (menos mal) (algo es algo) luego atraviesa la mañana y se calma al mediodía. Pero a la tarde regresan los pájaros reventando la tierra. Unos claman por la revolución. Otros por la desintegración. Otros mas graves piden los cambios absolutos de esta existencia. Otros se dedican a la opera. Hay pájaros roqueros, ¡epa!, por supuesto. hay pajaros borrachos de jazz.
Y según baja el sol los pájaros se enloquecen de tal manera que uno parece estar cantando con ellos. Entonces uno también es el pájaro, y comparte el silencio de la noche, cuando vuelve el sueño para abrir las alas y remontar hacia el otro silencio, que hay en aquel lugar, detrás de las estrellas