sábado, 28 de julio de 2007

la danza de Malika

Extracto del libro “Madame Mamita” (aun cocinándose)



“Hay que seguir el lenguaje de las manos, los dedos guardan muchos secretos. Después de decir esto Malika había puesto el cassete del Bharat Natyam en una silla y la música de la danza ocupó ese espacio donde los hipuches se habían sentado en el suelo para asistir a esa despedida india. Estaban todos. Estaba Balín al lado mío y hablamos de Rama, de Lombardo, de la pena que le daba si Rama se iba de la cabaña. Acababa de llegar Lucas Chapi con algunas de sus hijas. Desde una esquina contra el gran cristal que da al lago me saludo Anaís moviendo mucho una mano. Martín brazos cruzados en un rincón, miraba todo con gravedad de entendido. Pero las figuras empezaron a perder consistencia cuando el pie de Malika se clavó en el suelo. Entonces los brazos fueron juncos de un río alfombrado de lotos. La India, la Madre India se fue metiendo en los poros de mi cuerpo ahí sentado, ahí nomás presenciando las cabezas de los búfalos que se asoman por el agua de las charcas, el tren que pasa lejano, los coloridos saris de las mujeres agachadas recogiendo el arroz en esos rectángulos espejos por donde se miran los cocoteros, las casas de techo de palmeras bajo el sol ardiente, los bambúes imitando a gigantes plumas, las calles de un pueblo atiborrado de bicicletas, camiones, multitudes que se cruzan, el samovar y el café escanciado que se vuelve espuma, los cocos, los masalas, los saduhs de caras pintadas clavando la mirada en el corazón. El raga se desenvolvía en voces ticat, tic artratratatita y Malika hundía las manos en diferentes mudras mientras sonaban los cascabeles de las tobilleras. Vi a Sita esperando a Rama, la vi, sí. Inmediatamente vi una horda de monos armados avanzando detrás de Lakshman y Rama. Sugriva dando las ordenes y Sita esperando encarnada en Malika pero Malika ahora enseñaba los pasos de los Rakshashas, los pasos de Sita, los saltos de Hanuman y por último la feminidad de Rada como una niña ondulando en el aire de una playa, y en un solo salto Malika se transformaba en un Krishna vigoroso cruzando las piernas mientras toca la flauta de lado, entonces la música y el cuerpo de la Gopi que se movía con el viento, trajo a la emoción la humedad de un selva donde las flores azules y amarillas se asoman entre las hojas para hacer el sagrado Surya Namaste, saludo al sol.
¡Uffff! Eso no es todo lo que sentí, lo más alto no lo puedo escribir, porque lo mentiría. En ese estado, con la India aun en la piel, remonté el camino del bosque. Las sombras chinescas de los pinos contra la claridad de la luna me devolvieron a la Patagonia, a Rama, al frió.
Cuando llegué a la cabaña vi que la luz del cuarto de Rama estaba encendida. Subí las escaleras y lo encontré metido en la cama.
- No entiendo porque no viniste – le reproché - Malika te hubiese metido entero en la India, ha bailado con tanta fuerza de alma que me trasladó completamente y me vi allí.
Rama, sonriente con la manta al cuello y el libro en la mano, me dijo
- No quería, no quería que me muestren la India. Malika vino hoy a la tarde a despedirse y me trajo una ofrenda, unas cuantas frutillas que están ahí abajo en la heladera, si querés comete algunas, sabés, le dije que no iba a la danza porque iba a llorar, y ella lo comprendió.

jueves, 12 de julio de 2007

juego

Hoy por la mañana me levanté decidido a espiar a la mente, pero la mente dio un salto y me miró de reojo. ¿Qué? ¿Me vah a controlá? Me dijo.
Y yo me crucé de brazos, a ver que cagada vas a hacer y cuidado con subirte a la montura.

La mente bajó la cabeza, me pareció verla sonreír, Entonces sentí esa plenitud al ver que podía dominarla, y que a partir de ahora mi vida cambiaría, ya no estaría preso de esos estúpidos pensamientos, ni de esos miedos y locuras, ahora me había apartado, estaba aun paso de mi propia independencia.

Pero de pronto como un relámpago me di cuenta que yo no era el que decía todo esto, ¡carajo!, lo estaba diciendo la mente plantando su bandera encima de mi cabeza, “mi vida cambiaría, ya no estaré preso de los estúpidos pensamientos, bailando como un arlequín, cantando en burla, otra vez disfrazada de yo, otra vez con esa sutileza que tiene para hacerme caer en el pozo de la mente y hacerme soñar que estoy fuera creyendo que soy yo el que digo “Mi vida cambiará, estoy a un paso....

Sin embargo en ese instante que caí en la cuenta... sonaron infinitos pájaros, me vi habitando totalmente este cuerpo, los brazos, los pies, el pecho el sabio estomago, tan vivo y real, y de pronto vi que la mente huía con esa bronca del que fue descubierto, y antes de esconderse tras el arbusto me hizo un corte de manga.

Sé que va a salir y va subirse encima y a disfrazarse otra vez de mí, pero ella sabe, que a partir de ahora, empezó el juego.


viernes, 6 de julio de 2007

homeless


Este de la foto soy yo o el yo que vengo cargando todos estos años, y esta es mi casa en Varkala, India, bueno, también la que esta al lado y la que esta al otro lado del mar que esta más allá de esa palmeras y también las casas quedan la vuelta al globo, porque en realidad soy un homeless, sin casa, sin nada, sin ningún compromiso de nada, sin sin, bueno, tengo ropa, zapatos y un carácter terrible, aunque quizá no sea yo el que lo tenga, sino que me vine y se va dejando el carácter apacible.
Volviendo a mi no casa, esta playa de Varkala en el estado de Kerala al sur de la India esta dispuesta para vosotros, estáis todos invitados a mi no casa.